La primera bomba fue el 15 de Marzo de 2011, en que el FC
Barcelona anunció en un escueto comunicado que al defensor francés se le había
detectado un cáncer de hígado. Las reacciones abarcaron un amplio espectro,
desde el estupor del público en general a las oleadas de apoyo y ánimos,
pasando por las insinuaciones de efectos secundarios de dopaje. El Barça
demandó a la COPE por vulnerar el derecho al honor y dado que se quemaron la
mayor parte de las bolsas etiquetadas de la Operación Puerto nunca sabremos si
todo aquello fue una maledicencia interesada o una acusación veraz sin pruebas.
La segunda bomba fue justamente 365 después.
Tras consultar la posición de los astros el FC Barcelona
vuelve a emitir un comunicado en el que anuncia que Abidal necesitará un
trasplante, operación que se realiza al mes siguiente. Durante todo este
período de larga convalecencia del
jugador se sucedieron todo tipo de gestos amables y significativos, como la
ampliación de su contrato en Febrero de 2012 hasta Junio de 2013. La renovación
finalmente no se produjo: Entre lágrimas el jugador explicó que hubiera deseado
seguir jugando en el Barcelona hasta los 35, y que los doctores le garantizaban
que su estado físico le podría permitir competir y que sólo necesitaba una
pretemporada para volver a la primera línea. Se entendió que el club necesitaba
cubrir su déficit de centrales y pretendía inyectar sangre nueva. Al acabar el
período de traspasos Abidal había desembarcado en Mónaco y el FC Barcelona
seguía sin fichar un central.
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